Leo con asombro -y no acabo de creelo- que el Cardenal Castrillón afirma que Juan Pablo II le autorizó a enviar la carta a un obispo por no denunciar a un sacerdote pedófilo. Él encima, felicitó al obispo encubridor por su actitud. Y añade que no lo denunció en virtud del secreto de confesión. Y yo me pregunto: Si hay secreto de coinfesión: ¿cómo lo sabía él y el Papa? ¿Había secreto o no?
Lo mejor en estos momentos difíciles es aceptar con humildad las metidas de pata y salir de ellas con la verdad, nunca con medias verdades o mentiras, y menos ¡haciendo hablar a un Papa difunto: Hasta aquí podíamos llegar!
Y si encima dice la crónica que:
"Todos los asistentes, algunos con más energía que otros, aplaudieron al unísono las palabras de 'jefe' de los sacerdotes. Desde el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, al cardenal Antonio Cañizares, presidente del congreso mundial que se celebra en el monasterio de Los Jerónimos, sede de la Universidad Católica de Murcia. El prelado, tras varios segundos de aplausos, terminó el inciso de su conferencia diciendo con autoridad cardenalicia que, además, «me autorizó el Santo Padre para que enviara esa carta a todos los obispos del mundo y la pusimos en Internet».
....O miente el cronista, o los que le aplauden están en su linea.
Orar, orar, y seguir orando. Que el Espíritu Santo que Jesús nos prometió, haga más que nosotros, que somos tan torpes, que cuando lo queremos arreglar, ¡lo hacemos peor!
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